jueves, 31 de enero de 2013

10 años de la "Guerra del Gas"



La problemática de los hidrocarburos fue uno de los ejes del movimiento de desestabilización  que acabó derrocando al gobierno constitucional  del MNR  en 2003 y sembró el camino para lo sucedido después.  Que no se dijo y escribió para lapidar un proceso que, iniciado mediante la estabilización de la economía de 1985, tuvo en las leyes 1194, 1689, y en la capitalización social sus principales hitos. Reduciendo temas de intrincada complejidad a meras consignas repetidas con una furia reiterativa propia de la ignorancia, se acabó por pintar un cuadro de una simplicidad tramposa, con actores y políticas o totalmente malos, o completamente buenos.  El “No exportar gas a Chile ni por Chile bajo ningún motivo” fue la consigna  que aglutinó a una porción significativa de la población alteña y generó el cruento episodio de confrontación, con visos de guerra civil, al que el Ex Presidente Sánchez de Lozada le puso termino renunciando a su mandato.

Diez años después, resulta manifiesto que todo fue un elaborado ardid para derrocar al gobierno constitucional del MNR, pero que en el fondo no guardaba ninguna verdad  moral ni técnica, ni económica, ni política.
Diez años después de que el oficialismo de hoy desatara el octubre paceño con las mismas tácticas que luego emplearía en Cochabamba, Sucre, Tarija, Santa Cruz y Pando, luego de que impulsados por su discurso embustero decenas de paceños ofrendaran su vida, no sólo hemos perdido los mercados de ultramar, las inversiones, la credibilidad y la regularidad en la provisión doméstica, sino que vamos camino a perder también nuestros mercados tradicionales, habiendo pasado de hipotético centro energético de la región a hazmerreír mundial, subvencionando las economías vecinas a través del contrabando de hidrocarburos.

En ese contexto, y luego de abrir un proceso en la Haya, de legitimar extrañas  incursiones supuestamente involuntarias  de dos o tres soldados a territorio chileno, de cambiar la multilateralidad como estrategia por la bilateralidad como abdicación,   el Presidente Morales ha cambiado dramáticamente , sin que medie explicación alguna, su posición sobre el Gas y Chile. En la Cumbre  de la CELAC en Chile ha expresado entre otras cosas  “¿Cómo compartir juntos para resolver los problemas de nuestros países?", para después responder: "compartir lo  único que tenemos en Bolivia, el tema del gas".  Según Morales, las familias en Chile "ahora pagan 500 dólares por un gas domiciliario y pagarían 250 por gas" boliviano. El presidente de Bolivia insistió en que "el Estado chileno hace muchos esfuerzos por importar gas" mientras que Bolivia tiene ese recurso.

Semejantes declaraciones efectuadas sin ningún tipo de acción diplomática previa, fueron recibidas con un irritado portazo del Presidente de Chile, presumiblemente debido a la manifiesta improvisación y la ausencia notoria de criterios técnicos así como el hecho de que las mismas marcaron un radical giro en la manera en que el señor Morales ha venido administrando las relaciones con Chile. La agresividad en el fondo y en la forma de lo expresado por el Señor Piñeira nos ha parecido dolorosa y difícil y la censuramos,  pero consideramos imprescindible fijar una posición clara sobre los hidrocarburos y su eventual utilización como recurso estratégico geopolítico.

1.-Sobre la base de lo iniciado por gobiernos previos,  el MNR diseñó e implementó  a mediados de los noventa una política pública en energía conocida continentalmente como el "triángulo energético": una nueva legislación sectorial (ley de hidrocarburos, ley de electricidad y legislación de regulación), una importante obra civil como el gasoducto más largo del Cono Sur latinoamericano (gasoducto Santa Cruz-Brasil) y una participación social de los réditos de las inversiones en el sector (capitalización social y bono solidario).

El triángulo energético sentó los pilares del gas que hoy se disfruta y despilfarra y  contempló no solamente la atracción de capitales externos para procesos exploratorios y de producción, sino que por sus cifras -no superadas diez años después- significó la más alta inversión de compañías multinacionales en el negocio energético boliviano, perfilando a un país que empezaba a exportar materia prima (gas al Brasil) pero al mismo tiempo daba paso a un segundo momento de esa política -en 2003- cuando se perfilaba un país que sería exportador de LNG (gas natural en versión licuificada) y adicionalmente empezaría la agregación de valor (industrialización) al gas de manera de convertir a Bolivia en un proveedor  de productos acabados de energía al Continente.

2. El proyecto de exportación de LNG a mercados de ultramar implicaba una política de Estado en donde Bolivia participaba como socio del proyecto y sería el primer paso para insertarse a esa exclusiva red de países productores de productos gas-químicos, plásticos, úrea, fertilizantes, diesel sintético y otros generados a partir del gas, diseñando para ello un proyecto de largo aliento que estuviera en su máxima evolución y desarrollo a mediados de ésta década.

3. Para intentar remplazar nuestra política de largo plazo en energía e hidrocarburos el régimen de Evo Morales prometió la "nacionalización" de hidrocarburos, puesta en escena  comunicacional mas que política de estado, que hasta la fecha no funcionó -ni lo hará- porque ni siquiera tiene una propia Ley de Hidrocarburos, sino que su impracticabilidad y su inoperancia contrastan con modelos económicos de complementariedad, modernidad, globalidad y competitividad que la industria petrolera y gasista demandan a nivel internacional. Adicionalmente su promesa de "industrialización" tampoco llegó a Bolivia porque nunca estuvo sustentada en una política de estado y de largo plazo. 6 años después de la “nacionalización” el grueso de recursos fiscales proviene del IDH, impuesto creado el año 2005, y se ha sostenido debido a los altos precios internacionales, sobre los cuales Bolivia no tiene ningún control, y a los notables volúmenes de exportación acordados en los años 90.   Durante el gobierno del MAS el promedio de pozos perforados ha pasado de 12.25 promedio año en el periodo 1990 – 2006 a  menos de 2.5 por año desde 2006.

4.- La historia nos ha dado  la razón: diez años después, todo el Continente latinoamericano está inserto en procesos multinacionales de compra-venta de LNG (que fue repudiado por Evo Morales y otros desinformados en 2003); todo el Continente está armando procesos de integración económica-energética basada en modelos y esquemas de venta de valor agregado en vez de materia prima y todo el Continente reclama apertura y transparencia en modelos de negocios energéticos.

Cuando en 2003 quisimos implementar para el país un modelo energético nuevo y moderno, que hubiese asegurado el futuro de varias generaciones de bolivianos y la incursión de Bolivia en el primer mundo, Evo Morales nos hizo frente, contribuyó activamente a generar violencia incluyendo los  muertos de octubre de 2003 y los cientos mas que su retorica incendiaria generó después,   perjudicó al país y retrasó a Bolivia por veinte años. Hoy quiere "gas por mar" sin tener idea de las implicaciones geopolíticas y económicas que ese ofrecimiento entraña y pone en riesgo no sólo la seguridad nacional sino que compromete a la seriedad de la Repúbica de Bolivia en el contexto internacional.Un dia, mas temprano que tarde, Evo Morales y sus acólitos sera juzgados, tanto por su rol en generar la situacion de violencia y los muertos de 2003 como por el descomunal despilfaro de recursos publicos, la perdida de oportunidades y el aumento en la superficie de coca excentaria e ilegal.

5.- El MNR está convencido que Bolivia tiene en el gas natural un arma geopolítica poderosa para la integración, no para el chantaje; el gas es una herramienta de complementariedad que seguramente será -estudios técnicos de por medio- el mejor mecanismo para generar procesos de integración con Chile, y con todos los países de la región, porque está demostrado hoy que el gas natural es el primer generador de riqueza para el estado boliviano.

6.-El MNR DEMANDA una nueva Ley de Hidrocarburos y la convocatoria a un consejo nacional técnico de energía e hidrocarburos para rediseñar la nueva política energética boliviana como nosotros lo hicimos responsablemente en 1997 y en 2003 y para evitar que Evo Morales continúe con sus erráticas posiciones de diplomacia económica-energética.

La Paz, 30 de enero de 2013

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